Reflexión: LA FUENTE DE LA ETERNA JUVENTUD

POR SUSANA MORENO.-

2 CORINTIOS 4. (16). «Por eso no desanimamos. Aunque nuestro cuerpo se va gastando, nuestro espíritu va cobrando más fuerza».

A principios del siglo XVI, los exploradores españoles escuchaban historias fabulosas acerca del Nuevo Mundo, que ahora es América. Un marinero español, Juan Ponce de León, creyó la historia sobre una asombrosa fuente cuya agua podía volver a la gente joven otra vez.

En 1513, él zarpó en busca de aquella Fuente de Eterna Juventud. Cruzar el inmenso Océano Atlántico le llevó muchas semanas. Luego pasó muchas semanas más buscando y explorando toda la tierra que ahora es el Estado de la Florida, en los Estados Unidos de Norte América. Por supuesto, toda su búsqueda fue en vano.

Ponce de León nunca encontró aquellas aguas mágicas.Pero hay una «Fuente de Eterna Juventud» para el hombre interior. «Dios sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila» (Salmo 103:5). «Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz» (Salmo 36:9). «La ley del sabio es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte» (Proverbios 13:14).

«Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios» (Juan 3:3). «Te aseguro que si uno no nace de nuevo del agua y el Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios» (Juan 3:5).Cuando vamos al bautismo y a la cruz del Calvario, nosotros podemos experimentar el manantial de la gracia; el nacer de nuevo del agua y el Espíritu.

Entonces nos regocijaremos a medida que el hombre interior se renueve, y nos preocuparemos menos por el proceso de envejecimiento y el desgaste del hombre exterior.
Junto A Aguas De Reposo.
«El Costado Herido De Jesús Que Nos Muestra Agua Y Sangre. Es La Verdadera Fuente De La eterna Juventud»