Reflexión: EL GIGANTE DEL RENCOR

POR SUSANA MORENO.-

MATEO 18:21-35; MARCOS 11:26. «Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas»Nuestro versículo clave nos enseña la importancia de tener la voluntad de perdonar. Es asunto serio delante de Dios el negarnos a perdonar a otros. En la lectura bíblica de hoy, leemos de un siervo que debía al rey una gran cantidad de dinero. Pero el rey le perdonó esta gran deuda.

Luego el mismo siervo a quien le había sido perdonada su gran deuda rehusó perdonar a su consiervo que le debía una cantidad mucho menor.Pudiéramos pensar: «Bueno, siervo, ¿por qué has hecho tan neciamente? Si el rey te perdonó una deuda tan grande, ¿por qué no pudiste perdonar la deuda pequeña de tu hermano?Cuando nosotros nos presentamos ante nuestro Rey, llevábamos una deuda tan grande que no la pudimos pagar.

Pero Jesús, nuestro Rey, se bautizo para tomar todo lo que debíamos a Dios, y murió en la cruz para perdonarnos nuestra gran deuda hacia él, una deuda que jamás podíamos pagar con nuestros buenos hechos. Luego, ¿Cuál es nuestra reacción cuando alguno nos ofende o nos maltrata? ¿Pensemos: Yo le mostraré cómo siente ser lastimado. ¡Tal vez así aprenderá a respetar!?

Si así respondemos, somos como aquel siervo que fue perdonado por es gran deuda pero se negó a perdonarle una deuda pequeña a su compañero. Las ofensas que la gente nos puede ocasionar son muy pequeñas en comparación con nuestra deuda delante de Dios.Guardar rencor es un gigante que destruye muchas vidas. Con la fuerza que Dios nos da, podemos perdonar a otros como él nos ha perdonado.Junto A Aguas De Reposo.