Mi amigo Carlos

POR VIRGILIO ÁLVAREZ BONILLA.-

Tengo una relación de amistad sanguínea con Carlos Morales desde la infancia. Su madre era prima hermana de mi padre, su familia y la mía han estado unidas desde siempre, me obligan con Carlos lazos indestructibles que a través de los años se han fortalecido en la medida que el destino nos han unido en tareas políticas, laborales y personales. Juntos hemos compartido gratas experiencias y momentos difíciles. Le he acompañado en su vida publica, desde el primer día hace ya veinte y siete años. Carlos como político ha desarrollado cualidades que tenía ocultas en su personalidad jovial e inmensamente humana, discreto, calculador de prodigiosa memoria, sabe perfectamente cual es el momento preciso para la toma de decisiones. Su recia formación en el sector privado y la experiencia acumulada al lado del líder reformista Joaquín Balaguer, han hecho de Carlos un político completo cuyos éxitos le han situado en un lugar cimero en el quehacer de la actividad pública.

Como ejecutivo público, Carlos sabe mandar, decía un viejo burócrata dominicano, que saber mandar es mostrar rectitud sin cosechar odios, ningún ejemplo se aplica mejor que este en el caso de Carlos Morales. Me ha tocado trabajar bajo sus órdenes en los últimos nueve años y confieso que me siento orgulloso de ello.

Pero la mayor de las cualidades de Carlos, es saber ser amigo, son muchos los testimonios que en ese aspecto de su vida privada podría dar, creo sin embargo, que con solo decir que para ser buen amigo se necesita ser consagrado esposo y excelente padre, retrata el proceder de Carlos en ese sentido.

Entrañable amigo, los que te queremos sabemos bien que pronto superaras el percance que en este momento te acongoja, sabemos que pronto estarás de nuevo asumiendo las tareas diarias de tu responsabilidad. Queremos reiterarte que te esperamos para continuar juntos lo que nos queda por hacer, que todavía es mucho.