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Opiniones

La vida del dominicano en Nueva York es bien complicada

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POR CARLOS NINA GOMEZ ([email protected]).-
NUEVA YORK,EE.UU.- Forjar un futuro mejor. Ver cristalizados mis proyectos inmediatos. Que mi familia tenga una vida decente en los planos económico, social y educacional. ¡Y llegar a Nueva York con el anhelado interés de ver concretado El Sueño Americano!
No es casualidad (¿?) que las citadas frases salgan de labios de un ciudadano dominicano. Por ejemplo: De un criollo que llegue a Nueva York -con visa de residente- y que en esta urbe apenas tenga unos tres o cuatro meses.
Refrescos memorias: En agosto del pasado año, estuve en esta metrópolis que desde tiempos inmemoriales bautizaron como «La Capital del Mundo».
Como es mi costumbre, cada vez que visito Nueva York, escribo sobre temas que pueden interesar a la diáspora de República Dominicana y hasta a personas de otras etnias, especialmente de habla hispana.
Aquí algunas líneas plasmadas en un trabajo que publiqué en este diario, y que tuvo dos entregas: «Lo que pienso es que nuestros compatriotas, en su gran mayoría, viven en Nueva York porque en su país no han encontrado la forma de establecer un estatus tranquilo en familia, con una vida ordenada, de progreso, especialmente en el renglón económico.»
Es el trabajo honesto, con entereza y sacrificio a todos los niveles que realiza la gran mayoría de los dominicanos. Los criollos llegan en NY -según estadísticas creíbles- a más de 850 mil. Algunos quisqueyanos, también hay que precisarlo, llenan de vergüenza nuestra nacionalidad al cometer actos bochornosos. Pero es la excepción.
También resaltar -y es una verdad más grande que el cielo- que la vida del dominicano en Nueva York es bien complicada.
Tan complicada que el accionar de los dominicanos, tal vez en más de un 80 por ciento, se circunscribe al trabajo, a pagar la renta, teléfono, agua, luz, Internet, alimentación y cumplir siempre con su responsabilidad laboral para evitar ser despedidos de la empresa (o factoría) a la que prestan sus servicios
Quedo absorto cuando veo en esquinas de las avenidas y calles de este gran urbe a criollos (hombres y mujeres) vendiendo chucherías, así como productos alimenticios entre los que figuran empanadas, yaniquekis, frío frío, helados, botellitas de agua…
Eso significa, aprecio, ¡tener una vida complicada fuera de su tierra amada! Emigrar a Estados Unidos para realizar cualquier trabajo. Porque lo tienen como una necesidad primaria y de esa manera «abrazar» la subsistencia.
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