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Nombran calle en NY con nombre soldado dominicano caído en combate e Irak

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IrakNUEVA YORK._ El soldado del ejército de Estados Unidos, José Enrique Ulloa (Ricky), nació el 20 de diciembre de 1984 en Santiago de los Caballeros y llegó niño a Nueva York, criándose en un apartamento del edificio 227 de la avenida Audubon y la calle 177 en el Alto Manhattan.

Después de graduarse en la escuela secundaria George Washington, decidió enrolarse en la milicia, a pesar de la férrea oposición de su madre. Llegó al rango de sargento especialista en la 515 Compañía de Transportación en el 2005.

En el 2008, fue el único soldado entre un numeroso grupo que se integró a una peligrosa misión en la provincia Sadr en Irak. Allí, cayó en combate.

Este domingo, la familia del soldado, el concejal del distrito 10 Ydanis Rodríguez, el senador estatal Adriano Espaillat, la asambleísta Gabriela Rosa, el sargento Silvester Lloyd en representación del Departamento de Defensa de Estados Unidos y el Consulado General, rindieron tributo a Ulloa, desvelando un rótulo que rebautiza la esquina de la calle 177 y avenida Audubon en el Alto Manhatttan, frente al edificio donde se crió y vivió el soldado dominicano.

Entre lágrimas, recuerdos y anécdotas, los líderes políticos y docenas de comunitarios, se dieron cita al acto, celebrado en la misma intersección, donde Stefany Ulloa, hermana del militar muerto, leyó una semblanza que arrancó sollozos en la mayoría de los presentes.

Los padres del soldado, portaban un cartel con tres fotografías de Ricky en el que se leía el mensaje «Cuando alguien que tu amas, se convierte en recuerdo, ese recuerdo se convierte en un tesoro. Eres un tesoro en nuestros corazones».

La hermana, dijo que la familia está inmensamente agradecida de todos los que comparten el gozo en el don de su vida y el dolor que su muerte atrae.

«Pasó su vida en Nueva York, fue a la escuela y esperó cumplir los 18 años para poder unirse al ejército, ya que mami no lo permitía. Una vez estacionado en Alemania y después de su servicio en Irak, se casó con Melany y tuvieron a su hijo Steven», reveló la hermana.

«No creo, que alguna vez hubo un padre más orgulloso. Finalmente tuvo su propio hijo para jugar, para llevarlo en sus altos hombros y enseñarle al mundo el asomo infantil que nunca perdió. Creo, que la vida entonces, era casi perfecta para Ricky», añadió Stefany.

«Más que una simple persona que tomaba riesgos, Ricky tenía un alma generosa y nunca conoció a una persona necesita para la que siempre encontraba alguna manera de ayudarla. Cuando se combinan los hechos de que Ricky era un alma compasiva y dispuesto a tomar riesgos, no es difícil entender porqué se aventuró en esa terrible guerra», expuso la hermana del soldado.

Por su parte, el concejal Rodríguez, dijo que el soldado que aunque los oficiales electos, lamentan la muerte de Ulloa, no hay palabras ni forma de compensar esa pérdida ni lo que los familiares sienten.

«El día, estamos rindiendo honor a alguien que entregó su vida. Nuestros jóvenes tienen vocación de servicio y lamentablemente algunas ocasiones, se ven envueltos en guerras, algunas que son necesarias y otras que como la de Irak, fue una por el petróleo de los Bush y los Cheney en la que ningún senador perdió un hijo ni esa ni en otras guerras. Los jóvenes que mueren en esas guerras, son los de color y de familias trabajadoras», añadió el concejal.

La asambleísta Rosa señaló que estaba en el acto, uniéndose al homenaje al sargento Ulloa, quien dio su vida en el servicio a los Estados Unidos.

«Ricky, nació en la República Dominicana como nacimos nosotros y venimos a este país a darlo todo y para que de donde venimos, se sientan orgullosos de nosotros. Como madre, mi corazón y mis sentimientos están con la familia», agregó la asambleísta.

«Como comunidad, es hermoso cómo estamos en unidad y que lindo ver como mostrarle nuestros respetos a Ricky», expresó la legisladora.

El senador Espaillat sostuvo que se une al profundo sentir de la familia Ulloa, esperando que el gesto de la ciudad, le sirva como un poco de alivio y que se pueda reconocer lo que fue Ricky Ulloa para el vecindario y la nación.

«Sé también que fue un soldado de mucho valor y coraje, que cuando estaba en Alemania y había una unidad que iba a Irak y necesitaba más soldados, él fue el único que levantó la mano para que se le incluyera en esa misión», relató Espaillat.

«Por eso estamos aquí, para recordar y reconocer su entrega y valor por esta nación, pero también para unirnos a la familia, que jamás podrá compensar la presencia de él en vida, pero sí puede aliviar la pena y el dolor», dijo el senador estatal.

«Ricky, fue uno de los muchos dominicanos que han servido en las fuerzas armas de los Estados Unidos, desde el hermano de Gregorio Luperón quien sirvió en el ejército azul norteamericano durante la guerra civil, hasta centenares de hombres y mujeres que han estado en la II Guerra Mundial, Corea, Vietnam y ahora en el Medio Oriente», explicó Espaillat.

Representando al consulado habló el vicecónsul y reverendo Gregorio Malena, quien expresó envió un mensaje de consolación a la familia Ulloa.

«La pérdida irreparable de una vida, no hay manera de recompensarle y esta familia le ha entregado una vida a los Estados Unidos. Sepan que la ciudadanía, nuestra comunidad y la sociedad norteamericana, agradecemos el sacrificio y nos solidarizamos con ustedes», señaló el vicecónsul, quien representó al Cónsul General Luis Lithgow.

Citó el versículo bíblico de Juan 3:16 en el que dice que «de tal manera, amó Dios al mundo unigénito para que todo el que crea en él, no se pierda más y tenga vida eterna».

Dijo que la vida es lo máximo que se pueda dar.

Un grupo de soldados, portando las banderas de Estados Unidos y la del batallón al que pertenecía el militar dominicano, rindieron honor al caído, con una breve marcha marcial y un toque lúgubre de trompeta, que sonaba a la par de la fría brisa invernal.

Luego, los oficiales y familiares del soldado, develizaron el rótulo con el nombre de Sargento José Enrique Ulloa Way.

Después del acto, los congregados fueron a la iglesia católica Las Encarnación, donde Ricky era miembro de la congregación desde niño, para ofrecer una recepción en su honor.

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