Opiniones
A los 60 años después de Abril de 1965

Por Víctor Manuel Grimaldi Céspedes.-
Invitado por el presidente de la Fundación Global, nuestro amigo Leonel Fernández, es un honor para mi estar participando en París el día 22 del presente mes al coloquio “República Dominicana y Francia. La Revolución Constitucionalista Dominicana, 60 años después”, en la Maison de l’AmériqueLatine, ubicada en el 217 boulevard Saint-Germain, 75007, París, ciudad capital de la República de Francia.
La Francia ha sido para la raza humana una fuente de inspiración cultural, ejemplo de civilidad, testimonio de convivencia y de resolución de grandes conflictos, y de desarrollo social y político, durante muchos siglos.
Mis lecturas de la juventud incluyeron íconos franceses de la filosofía cristiana de la existencia, como Enmanuel Mounier e Ignace Lep, y también al tomista Jacques Maritain. Además no faltaron los estudios sobre agnósticos como Jean Paul Sartre y Roger Garaudí, y luego más tarde algo de lo escrito por Regis Debray.
A Debray lo conocí personalmente cuando en 1979 visitó la República Dominicana junto a Gabriel García Márquez y otros intectuales con motivo del 70 Aniversario de Juan Bosch.
El 1965 y Antes en el Caso Dominicano:
El 24 de abril de 1965 una revuelta civil y militar empezó en Santo Domingo intentando restituir el Gobierno Constitucional que encabezó Juan Bosch desde el 27 de Febrero de 1963, gobierno que había sido derrocado el 25 de septiembre siguiente por un golpe de Estado militar.

Al intento de restablecer la constitucionalidad mediante la lucha de los militates y civiles constitucionalistas, el Gobierno de los Estados Unidos presidido por Lyndon Baynes Johnson respondió con una intervención de al menos 20,000 soldados que ocuparon el territorio de la República Dominicana.
Estados Unidos había iniciado en febrero de 1965 su escalada militar en Vietnam, y la ocupación de Santo Domingo formaba parte del esquema de contención de cualquier movimiento que le pareciera contrario a sus propósitos estratégicos.
La vecindad del proyecto revolucionario cubano fue un pretexto para intervenir la República Diminicana, y en realidad los planes militares de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de ocupar Santo Domingo ya habían sido preparados en los gobiernos de los presidentes Dwight Eisenhower y John Fizgerald Kennedy.
En octubre de 1963, como hace saber Johnson en sus memorias “The Vantage Point”, fueron actualizados los planes de ocupar la República Dominicana.
Charles de Gaulle y Europa
Esta reunión en la Casa de América en París nos recuerda la figura legendaria de Charles de Gaulle y su imagen bien recordada en la historia dominicana contemporánea.
El presidente Juan Bosch ganó el 20 de diciembre de 1962 las primeras elecciones democráticas celebradas en la República Dominicana y en enero de 1963 antes de tomar posesión formal del poder fue recibido por el presidente Charles de Gaulle.

Bosch había sostenido el 10 de enero de 1963 una importante conversación con el presidente Kennedy, y viajó a Europa después para visitar al presidente De Gaulle, al presidente de la República Italiana Antonio Segni, al canciller alemán Konrad Adenauder y al primer ministro inglés Harold MacMillan.
Europa consolidaba entonces unos lazos que se habían disipado durante las dos grandes guerras del siglo XX, y para el presidente Bosch el momento era oportuno para aprender de estas experiencias y consolidar las Relaciones Exteriores de Nuestro País después de los tres decenios de dictadura de Rafael Trujillo que concluyeron el 30 de Mayo de 1961.
Francia, el general De Gaulle y Europa, además de la democracia americana, eran una buena fuente de inspiración.
El Golpe de Estado de 1963 y la Revolución de 1965:
Entonces en este punto nos preguntamos: Había razones justificadas para derrocar mediante golpe de Estado a un Presidente como Bosch, que ganó con el 60 por ciento de los votos del pueblo dominicano, y quien gobernó con el mismo respeto al Estado de Derecho que practicaban los americanos y los europeos occidentales?
Todos los documentos de la época, incluyendo los de los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, demuestran el buen Administrador del Estado y respetuoso de los Derechos Humanos y libertades democráticas del Gobierno de Bosch.
Ahora bien, en esos documentos que incluyo en mi libro Golpe y Revolución: la Intervención Norteamericana de 1963 y 1965, también se revelan las presiones inaceptables del embajador de los Estados Unidos John Bartlow Martin y del Gobierno del Presidente Kennedy para que Bosch reprimiera a los partidos de izquierda.
En Santo Domingo la izquierda era una minoría y no representaba peligro para el sistema democrático. Pudieron algunos haber sido entrenados en Cuba, pero no realizaban tareas guerrilleras y solamente acudieron a las armas dos meses después del golpe de Estado del 25 de septiembre.
Por lo demás, el Gobierno de Kennedy estaba apoyando a grupos guerrilleros haitianos que operaban desde territorio dominicano sin el consentimento del presidente Bosch.
Lo cierto y comprobado está documentalmente en cables de la Embajada de Estados Unidos que el golpe de Estado se produjo después de una discusión de Bosch con los militares muy influenciados por los asesores norteamericanos de la Embajada.
Bosch dijo en esa reunión que iba a convocar a la Asamblea Nacional para presentar su renuncia, tal como indicaba la Constitución de la República, y por informes que recibí verbalmente en 2008 de un general retirado de la Policía fue en ese momento que el Consejero de Seguridad Pública de la USAID, Anthony Ruiz, ordenó que fuese hecho preso el Presidente Bosch.
Todo lo que pasó después ha sido ampliamente difundido.
Con ese motivo estamos celebrando este importante Encuentro al que nos ha convocado el Presidente Leonel Fernández, quien es autor de un excelente libro que desnuda a John Bartlow Martin por haber roto el record de mentiras sobre Bosch y nuestro país en Overtaken By Events.
París, en el 60 Aniversario de 1965.-
