Opiniones
Elecciones de EEUU: Más que una lucha por la Presidencia, un debate sobre el papel de la mujer en la sociedad

Por Elida Almonte.-
NUEVA YORK.- Las elecciones presidenciales de Estados Unidos, programadas para el 5 de noviembre, son un evento decisivo que va más allá de la simple disputa por el cargo más alto del país.
En esta contienda, se enfrenta también el papel de la mujer en la sociedad y los desafíos que aún subsisten en torno a la igualdad de género. La figura de Kamala Harris, actual vicepresidenta y primera mujer de ascendencia india y jamaiquina en ocupar este puesto, representa un avance significativo hacia la inclusión y la representación de las mujeres en la política. Sin embargo, su candidatura se ve obstaculizada por el machismo y los prejuicios que aún persisten en la sociedad estadounidense.
A pesar de su impresionante trayectoria, que incluye una carrera como fiscal y senadora, muchos votantes se muestran reacios a apoyarla simplemente por su condición de mujer e inmigrante. Este fenómeno revela la profunda resistencia que existe contra el progreso femenino en espacios de poder. Kamala Harris ha demostrado su capacidad, responsabilidad y empatía a lo largo de su carrera, presentando un plan claro que aborda desafíos críticos como la salud pública, la justicia social y la igualdad racial.
Es importante señalar que algunos votantes latinos, en ocasiones, parecen alinearse con la narrativa de Trump, a pesar de que su gobierno representa una amenaza clara para sus derechos y su bienestar. Este fenómeno puede atribuirse a la persistencia de prejuicios culturales que discriminan a las mujeres y que, en ocasiones, eclipsan la memoria colectiva sobre sus propias raíces y la lucha por la igualdad.
Muchos latinos, al apoyar a un candidato que perpetúa la misoginia y la xenofobia, pueden estar ignorando las implicaciones más amplias de sus decisiones políticas, que afectan no solo a las mujeres, sino a la comunidad en su conjunto.
En contraste, la figura de Donald Trump simboliza un retroceso en muchos de estos aspectos. Su administración ha estado marcada por una retórica divisiva que promueve el odio, el racismo y la polarización. La agenda de Trump no solo amenaza con desmantelar los avances logrados en la lucha por la igualdad de género, sino que también perpetúa un clima de división que obstaculiza el progreso hacia una sociedad más inclusiva.
Las elecciones del 5 de noviembre son una oportunidad para que los votantes reconsideren no solo la dirección política del país, sino también el papel que la mujer desempeña en la sociedad. La elección de Kamala Harris marcaría un avance significativo hacia la igualdad y la representación, mientras que una victoria para Trump reforzaría estructuras de poder que han marginado a las mujeres y a las minorías. Este momento decisivo exige una reflexión profunda sobre el futuro que queremos construir, uno que respete y valore la diversidad y la equidad en todos los niveles de la sociedad. Dile no al retroceso. Vota azul. Kamala presidente.
