Opiniones
Papa Francisco, Balaguer y Haití: Invasiones y Migraciones

Por Víctor Manuel Grimaldi Céspedes.-
El domingo 23 de Junio del 2013, Su Santidad Papa Francesco nos dijo a todos desde su ventana en el Palacio Apostólico que divisa la multitud en Plaza de San Pedro de la ciudad de Roma, Italia:
«No tengamos miedo, pues hay que decir la Verdad».
Al día siguiente, lunes 24 de Junio, había de conmemorarse a San Juan Bautista, quien fue martirizado por decir la verdad.
La Historia y la Verdad
Veamos ahora nosotros algo de la verdad histórica de ciertos procesos latinoamericanos.
Entre los años 1969 y 1973, el crecimiento económico brasileiro fue un modelo.
La dictadura militar establecida en 1964 en Brazil contaba con un grupo de tecnócratas que algunos querían imitar hasta en la República Dominicana.
Era entonces general del Ejército y Presidente del Brazil, así, con la letra zeta, Emílio Garrastazu Médici.
Abogado, político zorro de vasta experiencia, era el Presidente Richard Nixon de los Estados Unidos.

Estábamos en el año 1971: el presidente Nixon elogiaba al Gobierno del General Médici y decía públicamente que por el camino donde fuera Brazil iría la América Latina.
Así sucedió.
Las democracias más civilistas de la América hispanoamericana fueron sucumbiendo y sus hijos asesinados y torturados por la ola represiva que se impuso en Urugüay, Chile y Argentina.
Con entusiasmo y esperanza de ver este experimento bien de cerca, algunos observaban al Embajador americano en Brasilia, John Hugh Crimmins, quien desde 1966 a 1969 había sido el diplomático americano Jefe de la Embajada de los Estados Unidos en Santo Domingo.
Su colega Roberth Hurwitch, cuando en 1973 se presentó a las audiencias de confirmación previas a su instalación como nuevo embajador americano en Santo Domingo, llegó a repetir aquello de que el modelo era el brasileño.
Ahí está los documentos oficiales para quien quiera comprobar las palabras, que forman parte de esta historia.
Brazil, a través de un contigente de tropas, fue pieza clave en la estrategia de los Estados Unidos para ocupar nuestro territorio en 1965.
Un general brasileño fue instalado como el jefe de todos los grupos extraños interventores amparados en la sombrilla de la OEA.
Pero aquella última vez que el suelo Patrio fue mancillado, el pueblo dominicano y sus fuerzas armadas conscientes lucharon unidos para recuperar la soberanía perdida.
Después de la ominosa anexión protagonizada por Pedro Santana con Tropas Españolas los hombres y mujeres criollos desde el 1863 al 1865 lograron a machete restaurar la República.
Fuimos entre 1916 y 1924 víctimas de una Dictadura Militar norteamericana, y medio siglo después la nueva ocupación solo duró diez y siete meses.
Nos recuperamos de aquellas cadenas oprobiosas y de tantas otras que a lo largo de 500 Años nos han impuesto fuerzas provenientes de distintos confines de la tierra.

El Pueblo Dominicano -crisol de razas y culturas- originado en las enseñanzas del Amor Eterno, como escribió el maestro Ramón Casado Soler, es un sobreviviente a todo tipo de calamidades. Paciente, con dotes de inteligencia y valeroso.
A través de su historia ha sorteado crisis y vicisitudes, maniobras y fuerzas poderosas que han tratado de borrarlo del lugar que ocupa en el cosmos.
Está ahí. Atento. Observando. Esperando. Preparado para ejercer su derecho a sobrevivir como todos los demás pueblos que han organizado sus Estados para desarrollarse en Paz, a pesar de la espada de Damocles que siempre ha representado la amenaza de las Tropas.
Con el Presidente Balaguer
Recuerdo que a mediados de 1993, y luego de conversar en el Palacio Nacional con el Presidente Joaquín Balaguer, conseguí el visto bueno del Presidente para que él diera su apoyo a un proyecto de celebrar en Santo Domingo un seminario internacional sobre los procesos de integración económica que estaban entonces en boga.
La Unión Europea era una realidad que había de formalizarse el 1 de noviembre de 1993, y el presidente George Bush, el padre, había promovido desde 1990 el proyecto de un mercado integrado desde Tierra del Fuego en el Sur de América hasta el Canadá.
La República Dominicana, ocupando la parte oriental de la Isla de La Española, estaba en 1993 desvinculada de algunos proyectos que se gestaban en los grandes centros del poder mundial, si bien el presidente Balaguer era consciente de la importancia de las relaciones internacionales y asistía cada año a las Cumbres Iberoamericanas iniciadas en 1991 en Guadalajara, México.
De Europa y América -en nuestro proyecto de seminario- llegarían a Santo Domingo especialistas y técnicos en estos temas de la integración en boga. Asimismo, proponíamos como posibles invitados un listado de empresarios y políticos europeos y norteamericanos, además de los compatriotas hispanoamericanos.
Un punto importante del seminario había de ser Haití, nuestro vecino que ocupa la parte occidental de la Isla donde existe la República Dominicana en su lado oriental.
Una importante firma de abogados de los Estados Unidos que iba a servir de consultora para este proyecto de seminario nos advirtió que había que descartar la idea que teníamos en razón de que las nuevas autoridades instaladas en su país recientemente no querían ningún trato con el presidente Balaguer con relación a Haití y el tema del seminario relacionado con los procesos de integración.
Así se produjo el aborto de este proyecto interesante, de cuyos lineamientos conservo copia y en original fueron entregados al presidente Balaguer.
Haití y las Migraciones
Está registrado el hecho de que en 1994 se produjo la primera invasión militar norteamericana de las dos más recientes ocurridas durante la actual generación en tierra de La Española.
Ocupación que hubo que repetirla después y se mantuvo luego bajo la sombrilla de un contingente multinacional.
En estos últimos treinta años han ido cayendo cada vez más cargas sobre el pueblo dominicano.
Como plagas han abundado las insalubridades, el narcotráfico la infiltración fronteriza, el desempleo que azota a los criollos desplazados por los extraños y otros males que agobian a la Isla Secuestrada.
Adquirí conciencia sobre el problema de Haití y nosotros los dominicanos luego de la reunión, a la que aludo antes, con el Presidente Balaguer, de mediados de 1993.
El Presidente me dijo: «Haití es el principal problema del País».
Quedé estupefacto, pues, muy joven aún, no tenía la experiencia del estadista Doctor Balaguer.
La Invasión de 1994
Al año siguiente, 1994, la realidad geopolítica del Caribe y América se reflejaba muy concretamente en la Isla La Española: El Presidente Bill Clinton y su señora Hillary estaban propiciando una Reforma Sanitaria en los Estados Unidos.
Los votos que hacían la diferencia los tenía el Black Caucus, y estos legisladores negros le exigieron a Clinton que invadiera Haití y repusiera a Jean Bertrand Aristide al poder.
Además, millares de haitianos estaban llegando en balsas y yolas a las costas americanas, y fue así como en el Potomac vieron que el territorio nuestro era fundamental para resolver o ayudar a resolverle ese problema a los Estados Unidos.
José Francisco Peña Gómez ya en 1992, con Carlos Andrés Pérez en la Presidencia de Venezuela, al parecer había comprometido al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en los planes norteamericanos respecto a Haití.
En este contexto el aparato gubernamental y los liberales del Partido Demócrata de los Estados Unidos presionaron al Presidente Balaguer, quien era intransigente en la defensa de la soberanía dominicana en este caso específico del que fui testigo.
Unos días después de las elecciones del 16 de mayo de 1994, me encontraba almorzando en el restaurant Vesuvio del malecón y se apareció allí un amigo a decirme que el Presidente me quería ver con carácter de urgencia.
Dejé la comida en la mesa, y el amigo me llevó directamente al despacho presidencial.
El Presidente parece que quería saber mi opinión sobre el embargo contra Haití aplicado por el gobierno de los Estados Unidos luego del golpe de Estado que derrocó a Aristide en septiembre de 1991.
La noche de aquel dia Balaguer iba a conversar por teléfono con Warren Christopher, Secretario de Estado de Clinton 1993-1997 (fue Christopher quien recibió en el aeropuerto de Washington D.C., al presidente Balaguer siendo Sub-Secretario de Estado del presidente Jimmy Carter en Septiembre de 1977 con motivo de la firma de los tratados del Canal de Panamá, encuentro al que asistieron Jefes de Estado de América).
Un mayor general encargado del J-3, logística, del Joint Chiefs of Staff había visitado Santo Domingo unas semanas antes de las elecciones.
Amigos oficiales militares me habían dado algunos detalles de esta visita. Los americanos ubicaron sitios estratégicos del País, y recorrieron la frontera.
Querían, entre otras cosas, que Balaguer les autorizara a poner sus observadores militares en tierra dominicana.
Balaguer hasta ese momento no simpatizaba ni aceptaba aquella propuesta.
Yo le dije a Balaguer que mi opinión era -y que yo creía firmemente en la defensa de nuestros derechos como dominicanos- que él tenía que ser flexible ante la gran presión que podían ejercer contra el País y contra él mismo como presidente.
«A la soberanía no se renuncia», me dijo, si bien posteriormente permitió los observadores.
Las fuerzas opositoras criollas le acusaban de haber hecho un fraude electoral, y luego le acortaron el período de Gobierno hasta concluir el 16 de Agosto de 1996.
Papa Francisco y Haití
La vida siguió su curso, Balaguer falleció en el 2002, y el 2013 un nuevo papa fue escogido para dirigir la Iglesia Católica.
Siempre la Iglesia ha defendido a los migrantes y a los refugiados por conflictos internacionales.
Al inicio de este siglo XXI millones de personas empezaron a desplazarse desde el Medio Oriente y del Africa por consecuencia de guerras y hambrunas.
Juan Pablo II concluía en Abril del 2005 su gobierno de la Iglesia que inició en Octubre de 1978 y empezaba el papado de Benedicto XVI.
La defensa de los derechos de los migrantes continuó y la misma prédica mantuvo Papa Francisco en esta materia como un principio doctrinario de la Iglesia Católica.
Deberes y No Sólo Derechos
Sin embargo, en un discurso escrito, pronunciado ante el Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede en el mes de enero del 2018, el recién fallecido Papa Francisco sostuvo que los migrantes también deben respetar las leyes y normativas de los países que los acogen.
Con Francisco conversamos varias veces sobre el tema de Haití. Fue comprensivo, prudente, y pudo darse cuenta de que el pueblo dominicano estaba recibiendo una carga muy pesada.
El Papa es la máxima Autoridad del Estado Soberano de la Ciudad del Vaticano, y ese Estado se encuentra situado dentro del territorio del Estado de la República Italiana.
La República Dominicana también es un Estado Soberano.
El presidente Balaguer lo sostuvo: “A la Soberanía no se renuncia”.
27 de Abril 2025
