Dio Astacio: La Nueva Esperanza

Por Milton Olivo (*)

Hablar de Dio Astacio es hablar de renovación, de liderazgo con propósito y de un ser humano que ha decidido encauzar su vida y su gestión pública bajo los principios que agradan a Dios.

Es, sin lugar a dudas, un símbolo de la nueva frontera del servicio público dominicano, donde la eficiencia, la creatividad y los resultados extraordinarios se conjugan con la sensibilidad humana.

En su rol como jefe del gobierno municipal de la Costa del Faro, en Santo Domingo Este, ha marcado una nueva era. No solo ha transformado su tradicional entorno, sino también el alma de una comunidad que hoy lo reconoce como un líder cercano, comprometido y resolutivo.

La reciente tragedia en la discoteca Jet Set sacó a relucir el lado más humano de su liderazgo. A pesar de no ser un hecho ocurrido directamente en su demarcación, Astacio se trasladó al lugar, se unió a los rescatistas, coordinó ayuda inmediata, y montó centros de información y apoyo psicológico para los familiares de las víctimas. Su presencia no fue simbólica, fue activa, entregada y profundamente solidaria.

Este accionar no pasó desapercibido. Ha conquistado los corazones de Santo Domingo Este, no solo por sus logros administrativos, sino por el corazón que ha puesto en cada una de sus acciones.

Se ha convertido, sin duda, en una promesa nacional, en un referente de lo que puede ser la política cuando se ejerce con vocación de servicio.

En este contexto, Dio Astacio representa al siervo de la parábola que recibió cinco talentos y decidió multiplicarlos. La vida —dura, exigente, a veces injusta— nos entrega dones, y la forma en que los usamos define quiénes somos.

Astacio no enterró sus talentos, no se dejó paralizar por el miedo o la rutina. Al contrario, ha utilizado cada herramienta que la vida y Dios le han dado para impactar, construir y servir.

Muchos, lamentablemente, actúan como el siervo que por miedo prefirió no arriesgar y terminó perdiéndolo todo. Dio Astacio, en cambio, ha elegido el camino del compromiso, del trabajo y de la excelencia. Es un testimonio vivo de lo que se puede lograr cuando se lidera con propósito y con fe.

Por eso hoy, más que una figura política, Dio Astacio se ha convertido en “la nueva esperanza”, para un pueblo que anhela líderes con visión, valores y valentía.

(*) El autor es escritor, activista por una Quisqueya potencia y residente en Santo Domingo Este.