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A RAJATABLA

Con los principios
Sin dejar de admitir que entre los nuevo miembros del Comité Central y Comité Político, los hay de ingresos inmerecidos, como injusto ha sido que otros meritorios aspirantes no ocuparan curules en esos dos organismos de dirección del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), lo importante ha sido que esa organización completó su proceso de elección interna concluyó sin traumas mayores.
Falta ahora saber si el CP y el CC estarían en voluntad y competencia para aplicar las 15 directrices sobre partido y sociedad aprobados por los organismos intermedios durante el VIII Congreso Comandante Norge Botello, lo que implicaría acelerar el proceso de modernización del PLD, su identificación con los diversos sectores sociales y mejor asociación con el Gobierno y su programa estratégico de gobernanza.
Si todo el contenido, resultados y expectativas sobre ese Octavo Congreso peledeísta se limita a una simple lectura relacionada con la simpatía o lealtad de quienes fueron escogidos como nuevos miembros de los organismos superiores del Partido, entonces, puede decirse que el PLD estaría más cerca que nunca de lo que es o ha sido el PRD.
La composición del Comité Político del PLD luce relativamente equilibrada en relación con las diversas corrientes o expresiones de pensamiento dentro de la organización, pero eso no es tan importante como poder decir que después del Congreso, el Partido tendría más incidencia en el Gobierno, en vez de lo contrario, porque de lo que se trata es de que la administración morada encamine sus gestiones hacia la meta de completar la obra inconclusa de Juan Pablo Duarte.
No hay dudas de que el Gobierno del presidente Medina se esfuerza por graficar con sus políticas públicas el pensamiento político de Juan Bosch, especialmente en lo que se refiere a la vocación por una justa redistribución del ingreso público, transparencia administrativa y democratización del crédito, pero hace falta que el Partido se involucre con la sociedad en la búsqueda de soluciones a tantas urgencias nacionales.
Es por eso que al concluir su Octavo Congreso, el PLD tiene que reemprender el camino de alejarse de los dogmas y acercarse a los principios que le dieron origen, cuya naturaleza es de carácter dialéctico y no restrictivo, lo que permite readecuar tácticas y estrategia en consonancia con una realidad tan objetiva como cambiante.
En vez de contar cuántos son de uno o cuántos son del otro, lo importante sería que estos y aquellos asuman conciencia plena de las responsabilidades que les han sido asignadas como miembros del CP y del CC, en el entendido de que el Gobierno y partido se requieren mutuamente como eje y rueda.
